FRÍO vs AROMA
Llega el invierno y poco a poco el frío se apodera del ambiente, pero… ¿Qué ocurre a temperaturas bajas?
Pues lo primero es que tendemos a crear calor para calentarnos, por eso nos viene a la memoria el olor a leña quemada y la imagen de una chimenea.
Lo segundo que nos viene al pensamiento es el olor de lluvia, de tierra mojada, de humedad.
Aunque… ¿Tú puedes describir el aroma del frío?
Claro, nos preguntamos si la meteorología realmente afecta a nuestro olfato, ya que os ocurrirá que en invierno se dispone de una menor sensación de los aromas y en verano sin embargo explosionan.
La meteorología puede agudizar el sentido del olfato, cuando respiramos entran en nuestra nariz compuestos químicos volátiles y cuantas más moléculas haya en el aire, más intenso será el olor. Lo ideal sería aumentar la concentración de moléculas odoríferas en el aire, para oler más.
Calor = más olor
Cuanta más temperatura tendremos más vapor de agua en el ambiente, lo que hará que tengamos más moléculas en nuestra nariz y por tanto, más olor.
Entonces, podemos deducir que Frío = menos olor
El frío condiciona a los aromas, ralentiza las moléculas del aire, penetran menos en la nariz y por ello los olores son menos intensos.
Ya que estamos, ¿Cómo afecta la temperatura al sabor de los alimentos?
Por si no lo sabes, te lo contamos:
Sabor= 80% olfato + 20% gusto
También en los alimentos influye el frío y el calor en los aromas. A más temperatura percibiremos un sabor más intenso, pero ¡OJO! a partir de 35ºC el sabor disminuye para advertirnos de que podemos sufrir quemaduras.
Una CURIOSIDAD de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale para terminar:
«Si se calienta la parte frontal de la lengua se puede generar una mayor sensación de dulzura y si se enfría puede generar una sensación agria o salada.»